jueves, 18 de octubre de 2012

¡No che, acá nadie se coge a nadie!


El seminario mayor San José de la ciudad de La Plata, como ya quedó dicho en este blog, albergaba una constelación de seminaristas bastante difícil de describir. Y también de curas.


Había, en aquellos años, un seminarista español que hablaba muy como gallego recién bajado del barco para nuestro oído argentino, con ese acento tan marcado y sin hacer el más mínimo esfuerzo para hablar como uno más de nosotros; sin intentar argentinizarse en lo más mínimo.

Durante el tiempo que pasábamos en el seminario, de domingo a la noche a sábado por la mañana, no podíamos salir a la calle; salvo que tuviéramos un motivo valedero: ir al médico, hacer alguna compra imprescindible y esas cosas. Pero en realidad muchos salíamos todo el tiempo para hacer cualquier otra cosa, como ir al cine, a comer pizza, o visitar amigos, o comprar discos y libros, etc.; muchos salían a ver a sus amantes.

¡Epa! ¿Tan así? Se preguntarán algunos. Sí, tan así. Había un gordito de lentes gruesos, al que llamábamos con el nombre de un personaje gordito de dibujos animados argentino. Salía a ver a su amante y lo gracioso es que la amante lo traía en su auto de regreso al seminario. Sí, así, como si fuera lo más natural del mundo.

El tema no era ganar la calle, eso era sencillo, el tema era el regreso. La puerta principal siempre estaba sin llave, pero solo se podía abrir por dentro. Entonces el que volvía tocaba timbre y rezaba para que el que abriera fuera un compañero seminarista que pasara cerca de la puerta de entrada, y no, uno de los padres  superiores.

Bueno, una noche el español, que se había ido vaya a saber con qué excusa, vuelve al seminario muy tarde y bien borracho. El timbre sonaba solo en la portería, planta baja, pero justo debajo de los dormitorios de los curas que se ubicaban en el primer piso. El español, sin noción de la hora que era, por la borrachera, comienza a tocar timbre; por la hora, ya entrada la madrugada, nadie estaba cerca y ante la falta de respuesta comienza a tocar insistentemente. Finalmente despierta al vicerrector, al nunca bien ponderado Chili, que tenía la habitación justo arriba de la portería y que, por problemas de insomnio, tomaba pastillas para dormir que bajaba generosamente con whisky y además, como también ya quedó dicho en este blog, era de los fanáticos obsesionados por evitar que hubiera sexo, allí en el seminario.

El cura, en pijama y todo despeinado, baja, le abre y, con la bronca de haber sido despertado, comienza a retarlo por la hora en que llegaba y el estado en que se encontraba. Le gritaba: “Esto no es un hotel, che. No señor. Sepa que la función no comienza cuando usted llega. Acá hay que cumplir horarios. Yo estaba durmiendo y usted me despierta en medio de la noche. ¡Y llega borracho!”

El gallego, bajo el efecto de la borrachera, lo mira y le dice: “Hombre, si a usted no le  place su trabajo, pues que lo coja otro”. El cura, un poco dormido, por las pastillas y el alcohol, pero muy loco con el tema del sexo, le responde: “¡No, che, acá nadie se coge a nadie!”

El gallego lo miró al cura, primero sin entenderlo y, luego, comenzando a reír a carcajadas cuando entendió el equívoco en que había incurrido el obsesionado sacerdote por el uso del lenguaje tan diferente entre argentinos y españoles.

La anécdota circuló en el seminario hasta el cansancio. Sobre todo entre aquellos que teníamos un secreto que otros no conocían o no querían admitir que se podía conocer.



10 comentarios:

PRGMELLO dijo...

Devido ao meu fraco espanhol perdi o TIMMING da piada, mas acho que a entendi.

Lucía.uy dijo...

Hola Franco!"volvide" jeje....no me estaba respondiendo el blog en estos días....bue, pa'decirte que me recago de risa de tus "célibes" cronicas jaja.....

Cómo dice Galeano:

El catecismo me enseñó, en la infancia, a hacer el bien por conveniencia y a no hacer el mal por miedo. Dios me ofrecía castigos y recompensas, me amenazaba con el infierno y me prometía el cielo; y yo temía y creía.......

Ya no creo, pero se ve que sigo temiendo porque creo, cuando me apreta "la mala".

Te dejo un beso o un beijo, y ya que andamos.. un dios te salve, que nunca está de mas! jua! ;)

Osofranco dijo...

Amigo Paulo, a piada está na palavra “coger”. Para os espanhóis significa uma coisa e para os argentinos, outra. O espanhol da historinha diz “coger” querendo dizer: “que dê lugar a outro”, para o padre argentino estava dizendo “que você seja comido”.

Beijos.

Osofranco dijo...

Lucia gracias por pasar y comentar.
Gracias por estar siempre!

Cuánta sabiduría tiene ese Galeano!

Me quedo con el beso y dejo ahí el dios te salve (por si alguien lo necesita).

Beijos para você.

Alexandre Willer Melo dijo...

Me encantó y me quede a reír con la imagen del vicerrector peleando con el español. Se confunde religión con fe que entiendo ser una cosa más grande que teoría teológica o conceptos más humanos que divinos.
Creo mismo que esta satanización del sexo que una grande parte de las religiones tienen se deba más a un temor de que el patrimonio santo sea dilapidados por hijos o mujeres do que por considerarlo como algo sucio, pecaminoso todavía, y ojalá no me entiendas mal, uno que es gobernado solamente por su sede carnal no puede efectivamente comprender instancias más elevadas, que te parece?
Hay que haber un equilibrio.

Osofranco dijo...

Religión y fe! Qué tema amigo Melo!

Cuando yo estudié teología entendí (no quiere decir que sea necesariamente así) que la fe es definida por las religiones.

Pensemos que el hombre lleva un proceso de evolución de unos 4 millones de años y que la presencia de lo divino aparece en la historia de la humanidad hace unos 20 mil años.
Entonces, concluyo yo, es una construcción cultural. No es algo que haya acompañado al ser humano siempre.

Los católicos definen la fe a su manera (adhesión a la persona humana-divina de Jesucristo) y cada religión define la fe a su medida.

Si el ser humano pudo vivir 3.980.000 años sin diosos, tal vez pueda seguir viviendo sin ellos de aquí para adelante.

Pero cada uno es libre de hacer lo que más le place (o lo que puede)con su vida. Si quiere tener fe, que tenga fe.

La satanización del sexo es más complejo que el solo hecho de los bienes materiales. En los curas católicos se optó (no hace más de mil años) por el celibato para preservar los bienes de la iglesia. La satanización entre los jóvenes (y esto tiene que ver con la entrada El padre confesor) tiene que ver con una herramienta de control y manipulación de aquellos que entran a esa religión como fieles.

Y finalmente creo que voy a discordar en el último punto. Yo no diferenciaría lo carnal de lo espiritual. Somos espíritus encarnados. Lo uno presupone lo otro. Y yo me considero un ser absolutamente carnal (en todo su sentido, incluso sexual) y abierto profundamente a lo espiritual.

Gracias por tus comentarios!

Fuerte abrazo!

Anónimo dijo...

Jajajajaja

muy divertido!

Jorge

Osofranco dijo...

Gracias Jorge.

Anónimo dijo...

Franco un placer leer tu blog, y respecto al tema de lo que uno cree que pasa y que realmente es; a mi me ha pasado.

generalmente cargamos emocionalmente una anécdota simple y parece que te hubieses comido al mundo, quizás a otro le pasa y no le parece tanto.

otro tema es que el tiempo todo lo acrecenta, lo que fue una linda poronga, pasa a ser un caño de desagüe, y si por alguna casualidad uno se vuelve a cruzar con la persona, se sorprende y piensa, será el mismo o me comí a su hermano gemelo, o peor, se le achicó. ja ja ja

un gran abrazo, enrique

Osofranco dijo...

Enrique:

Gracias por pasar por el blog y comentar.

Efectivamente, la percepción de lo que nos pasa va cambiando con el tiempo.

Fuerte abrazo!