miércoles, 8 de febrero de 2012

Osos y mujeres (todo es relativo)


Leyendo una de las últimas entradas de los amigos de San Pablo, los Dois Ursos, me encontré pensando en cosas que tenía bien guardadas en un rincón de la memoria. Recordé que cuando comencé a frecuentar las fiestas de Osos, en la entrada a las fiestas, había un cartelito que decía que los organizadores se reservaban el derecho de admisión. Pregunté y la respuesta única que recibí fue que no querían mujeres en los encuentros de Osos.

Por suerte las cosas cambiaron en poco tiempo. Como a la fiesta aniversario del club sí podían ingresar mujeres, luego de un razonamiento mínimo, ya al siguiente año comenzamos a aceptar la presencia de mujeres en las distintas actividades.

En poco tiempo ya era habitual ver mujeres en nuestras fiestas, bares, cenas… Susana, mi hermana, la del sueño ¿se acuerdan?, se sumó - ante la defección a último momento de uno de los Osos que se había comprometido a participar - como actriz improvisada en un sketch  que hicimos en una fiesta. Historia que ya les contaré en otro momento.

Es más, la fiesta aniversario del los Osos en Buenos Aires más celebrada fue la que tuvo una mujer como artista invitada.

Hasta en algunas oportunidades (muy pocas, hay que decirlo) compartimos la pileta de la casa del club con algunas mujeres.

Desde hace años me pregunto: ¿Cuál es el motivo de esta segregación? ¿Será que nos da temor la competencia, ya que tenemos el mismo objeto de deseo?

Todo el discurso de que a los Osos nos atrae lo masculino, lo viril, los pelos, las panzas, etc., me parece relativo. Vi tanto al mejor Cazador y como al Oso más masculino entreverarse con los hombres más afeminados que la mente humana pueda concebir.

¿Entonces? 

Soy un eterno agradecido a la existencia de los espacios para Osos, pero no me molesta que se sume quien tenga ganas. Yo tengo claro lo que procuro y nada ni nadie, presente ocasionalmente en esos espacios, me hará modificar eso.

Como dijo alguien por ahí: hay tantas sexualidades como personas sobre la tierra.

Bonus:

Estaba esta semana en la caja del supermercado pasando mis compras, cuando la joven que atendía me mira y me larga a quemarropa:

- Antes los hombres no venían al supermercado a hacer las compras. Ahora no solo se los ve, sino que son los que mejor saben comprar. 

Le sonreí enigmáticamente cual Mona Lisa. Le iba a decir: “Chiquita, es que la señora de la casa sabe, ¿viste?” Pero para qué desilusionarla, ¿no? 



8 comentarios:

Unknown dijo...

Eu acho que o "medo" não é de competição, mas sim o povo que quer ficar sem camisa se esfregando sem olhares "estranhos" em cima. Como se encontros de ursos fossem orgias e não "encontros". Enfim, faço minhas as suas palavras e penso agora que até falamos da mesma coisa - eu com música do Wando e você com ursos.

Anónimo dijo...

Eso es la evolución, amigo mío. Lo que ayer fue, mañana puede no ser y, si es para mejor, bienvenido sea. Hubo una época en que se decía que "la inteligencia es masculina y la belleza, femenina" y nosotros somos el mejor ejemplo de haber superado esas idioteces.

Hace mucho que no te leía. ¡Qué bueno volver a hacerlo! Beso enorme (bien maricón jajajaja).

Te quiero

Vik

Osofranco dijo...

Oi Edu,
Obrigado.

Eu acho também que existe aquela coisa de ter um espaço próprio e não querer abrir mão dele.

Sabe o velho: fomos rejeitados, agora rejeitamos. Acha que também anda por lá.

Muita coisa. Mas o importante é que sempre podemos crescer e ser melhores.

Beijos.

Osofranco dijo...

Viktor Querido!

Qué alegría tenerte por acá!

Hace poco mirando fotos viejas encontré una en que estamos juntos haciendo el programa de radio. Lindos recuerdos.

Abrazo de Oso (bien macho! jajajaja)

Yo también te quiero.

Anónimo dijo...

vos me conoces....a mi me gustaria que alguna vez me invitaras!!

Lilián

Osofranco dijo...

Cuando esté por allá, vamos juntos.

Besos.

Te quiero mucho!

Lucía.uy dijo...

...jaja Franco, semos unos bichos bien raros he?! pero seguimos evolucionando...eso dicen!

un abrazo

Osofranco dijo...

Querida Lucía, por suerte somos raros.

Y por suerte también seguimos evolucionando.

De lo único que tenemos certeza es que todo cambia.

Besos.