Caminábamos un
domingo por la tarde – Raul, Janio y yo- por la playa de Flamengo cuando un
hermoso gordo pasa caminando en sentido contrario. Con Raul nos miramos, mano
derecha en alto de los dos: la de Raul mostraba un cinco, la mía un cuatro.
Janio nos mira
con la pregunta en los ojos. Y le contamos.
En Buenos Aires
tenemos un amigo que instituyó un original sistema de calificación de hombres
gordos hermosos. Estábamos sentados en la mesa de un bar, mi amigo admirador de
gordos y yo, en la verada, en una avenida de Buenos Aires, cuando pasa una
belleza digna de ser admirada y elogiada. Era mucho antes del matrimonio
igualitario y de la consagración de la ciudad como el destino del turismo mundial
gay que es hoy. No podíamos largarle entonces – con la misma incontinencia
verbal que lo hacen los hombres héteros a las mujeres- el piropo que aquel
monumento a la belleza nos inspiraba.
Si le hubiésemos
largado un: “si te agarro te parto en ocho como una pizza”, lo más probable es
que el episodio hubiera terminado en escenas de pugilato callejero. Entonces,
ante la urgencia y la emoción, mi amigo le larga un: “Epa, epa, epa, epa…” Lo
miré entonces con la misma pregunta en los ojos con que nos miraba Janio a Raul
y a mí aquel domingo por la tarde de caminata por la playa.
Mi amigo expone
entonces: “No puedo piropearlo, entonces, lo califico, cuántos más “Epas” me
arranca, es que con más ganas me encamaría con él. Un “epa, epa, epa” es que
está bueno. Si son cuatro epas, muy bueno; cinco epas ya es lo máximo”. Termina
su exposición como si explicara una teoría que resolvería un problema
fundamental para la humanidad.
A partir de
entonces, con Raul, pasamos a usar el sistema de calificación con todos los
hombres que nos inspiraban aquellos elogios que no podemos expresar en voz
alta. Para simplificar el sistema, comenzamos a calificar con las manos, de uno
a cinco, a los hombres que nos gustan.
En esa situación
nos sorprendía Janio aquel domingo. No habíamos votado unánimemente, pero un
cuatro y un cinco indicaba que el gordo estaba más bueno que comer pollo con
las manos.
Difundimos el
sistema de calificación de hombres entre todos nuestros amigos. Aquí ya lo
conocen todos. Y cada uno lo usa de acuerdo a sus gustos.
Ahora Janio, que
incorporó el sistema a su discurso habitual, de vez en cuando nos sorprende con
algunas definiciones: “Era un gordo mega, súper, recontra epa”. Y nos imaginamos
la belleza de aquel gordo que merecía tal calificación.
Pero como en la
variedad está el gusto, con Melo, un (gordo mega epa) amigo al que le gustan
los hombres negros y flacos, el sistema comenzó a ser usado para calificar de
acuerdo al gusto personal. Melo llega un día, diciéndonos:”conocí un negro seis
epas”.
Con Raul nos reímos
mucho, felices de que el sistema ya haya cobrado vida propia.
15 comentarios:
5 epas para o sistema de classificação!
Muito obrigado Edu!
Un mega Epa! para el comunicador de esta clasificacion!
un "ea ea ea ea pepé" también!
Muchas gracias Peto.
Claro que sí Toalber To!
Abrazo amigo!
Epa, Epa, Epa, Epa, Epa........ Epa!
Gracias Leonardo.
Es casi una lluvia de Epas!
Abrazo.
LO MERECES TÚ, EL DE LA FOTO Y TODOS LOS BEARS DEL MUNDO. NO CREES??
con un amigo creamos el metodo AVERSI. aversi cojemos aversi nos ponemos de novios etc, un sistema similar de calificaciones que vino a mi memoria y me dio mucha risa al leer tu relato...muy bueno, abrazo.
jajaaaaa muy bueno!
Leonardo, gracias una vez más.
Jorge, qué bueno que te haya disparado recuerdos gratos.
Me alegra que te haya divertido.
Abrazos!
saca esa foto de ese puto impresentable, deberia darte verguenza ser tan pajero a tu edad, al menos pajeate con gordas las bbw o ssbbw pero eso es pedirle peras al olmo, trolo.
La foto querés que te la mande por mail...?
A no... No tengo tu mail porque tus comentarios son de una Cobardía tal que no dejan huella para ser identificados.
Por si no sabés, en USA acaba de publicarse un estudio que confirma que la HOMOFOBIA es la clara manifestación de una homosexualidad reprimida.
Informate y después volvé.
Cobarde!
Disculpen los que habitualmente comentan por aquí.
Tengo que volver a moderar los comentarios, porque el enfermo que no deja de molestar desde hace tres años, ahora firma con los nombres de otros lectores.
Los comentarios que tengan que ver con el blog, serán publicados.
Gracias por entender, saludos.
Franco
Publicar un comentario