martes, 22 de septiembre de 2009

Ser o no ser

- Si con otro hombre te gusta ponerla o que te la ponga, o solo si te calienta estar con otro tipo, ya sos. Decile a ese hombre que se haga cargo.
- No sé si me interesa decirle. Ya lo conocí así, y no creo que cambie. Igual alguna cosa le dije.
- ¿Hace mucho lo conocés?
- Unos seis años.
- ¡Seis años! Y no pasa nada.
- No, digo sí, pasa, pasa. Cada vez que viene, pasa. Es un caso muy particular. Lo conocí en un chat gay, pero de una empresa de las comunes, no me acuerdo, creo que no existe más. El sitio, creo que era el sitio. El chabón estaba ahí pidiendo un encuentro ya. Le abro un privado y me dice lo que busca. Para mi estaba perfecto. Sin vueltas pedía que se lo cojan. Entonces le pregunté cómo era físicamente. Me preguntó si era importante. Le aclaré que para mí era decisivo. Se describió. Si te lo describo, te morís.
- Dale guacho, hablá. ¿cómo es?
- Aguantá. Lo que me describe me parece bien, y le digo que nos encontremos. Ahí, un tema. Me dice que a telos no va.
- ¡Uh! ¡Qué pelmazo!
- Sí. Pero como lo que me había descripto de él me interesaba, no le corté le rostro de una. No va a telos porque es casado. Y re perseguido.
- ¿No son demasiadas complicaciones?
- Pero no es el único, son muchos más de lo que te imaginás.
- Sí, lo sé. Pero trato de no engancharme con tipos tan complicados.
- Bueno, dejame que te cuente. Me arriesgué, y le dije que podía venir a casa. Era un sábado por la tarde temprano. Le pedí que nos encontremos en el bar de la esquina, para ver si lo que me había dicho no era verso. El tipo llegó puntual. Y era todo lo que había descripto. Bajo, de uno sesenta y cinco, no más. Pelo negro, lacio. Barba candado un poco canosa, Cincuenta años. Todo redondo por donde lo mires, panza perfecta, piernas gruesas, brazos gruesos, cara amplia, cuello macizo. Terminé el café y fuimos a casa. Me dijo que no tenía mucho tiempo, que le había inventado una historia a la esposa y que si podíamos concretar ya, mejor. Me sorprendió. Acepté. Me pidió pasar al baño. Cuando sale, ya estaba en bolas. Mientras yo me desvestía me preguntó si me gustaba que me la chupen. Asentí y ya en la cama se puso en cuatro y me dio una mamada de aquellas. Luego me pidió que lo coja, y procedí. De repente dijo que era tarde, se vistió y se fue.
- Qué aburrido! ¿Y cuándo te dijo que no era gay?
- Con el tiempo le fui conociendo las mañas. Y de a poco se fue quedando a charlar un poco. Y el tipo sostiene que no se siente homosexual. Que a él le gustan las mujeres y que con los hombres es solo sexo.
- Bueno. Te repito. Si le gusta el sexo con otro hombres es gay, homosexual, puto o como quiera llamarlo. Y si además le gustan las mujeres, es bisexual.
- Yo lo tengo claro. Él insiste que no. Dice que es hétero y que con los hombres solo sexo.
- Pobre. Debe tener un corso a contramano en la cabeza.
- Algo así.
- Bueno nene, te dejo. Llega mi gordo, y tengo que terminar la cena.
- Besos para tu gordo.
- Gracias.
- Ah, Sergio.
- ¿Sí?
- Quedamos para el domingo.
- Sí nene, los esperamos con el fuego prendido, besos a Raul.

No hay comentarios: