Leyendo una de
las últimas entradas de los amigos de San Pablo, los Dois Ursos, me encontré
pensando en cosas que tenía bien guardadas en un rincón de la memoria. Recordé que
cuando comencé a frecuentar las fiestas de Osos, en la entrada a las fiestas,
había un cartelito que decía que los organizadores se reservaban el derecho de
admisión. Pregunté y la respuesta única que recibí fue que no querían mujeres
en los encuentros de Osos.
Por suerte las
cosas cambiaron en poco tiempo. Como a la fiesta aniversario del club sí podían
ingresar mujeres, luego de un razonamiento mínimo, ya al siguiente año
comenzamos a aceptar la presencia de mujeres en las distintas actividades.
En poco tiempo ya
era habitual ver mujeres en nuestras fiestas, bares, cenas… Susana, mi hermana,
la del sueño ¿se acuerdan?, se sumó - ante la defección a último momento de uno
de los Osos que se había comprometido a participar - como actriz improvisada en
un sketch que hicimos en una fiesta.
Historia que ya les contaré en otro momento.
Es más, la fiesta aniversario del los Osos en Buenos Aires más celebrada fue la que tuvo una
mujer como artista invitada.
Hasta en algunas
oportunidades (muy pocas, hay que decirlo) compartimos la pileta de la casa del
club con algunas mujeres.
Desde hace años me
pregunto: ¿Cuál es el motivo de esta segregación? ¿Será que nos da temor la
competencia, ya que tenemos el mismo objeto de deseo?
Todo el discurso
de que a los Osos nos atrae lo masculino, lo viril, los pelos, las panzas, etc.,
me parece relativo. Vi tanto al mejor Cazador y como al Oso más masculino entreverarse
con los hombres más afeminados que la mente humana pueda concebir.
¿Entonces?
Soy un
eterno agradecido a la existencia de los espacios para Osos, pero no me molesta
que se sume quien tenga ganas. Yo tengo claro lo que procuro y nada ni nadie,
presente ocasionalmente en esos espacios, me hará modificar eso.
Como dijo alguien
por ahí: hay tantas sexualidades como personas sobre la tierra.
Bonus:
Estaba esta
semana en la caja del supermercado pasando mis compras, cuando la joven que
atendía me mira y me larga a quemarropa:
- Antes los hombres
no venían al supermercado a hacer las compras. Ahora no solo se los ve, sino
que son los que mejor saben comprar.
Le sonreí
enigmáticamente cual Mona Lisa. Le iba a decir: “Chiquita, es que la señora de
la casa sabe, ¿viste?” Pero para qué desilusionarla, ¿no?
8 comentarios:
Eu acho que o "medo" não é de competição, mas sim o povo que quer ficar sem camisa se esfregando sem olhares "estranhos" em cima. Como se encontros de ursos fossem orgias e não "encontros". Enfim, faço minhas as suas palavras e penso agora que até falamos da mesma coisa - eu com música do Wando e você com ursos.
Eso es la evolución, amigo mío. Lo que ayer fue, mañana puede no ser y, si es para mejor, bienvenido sea. Hubo una época en que se decía que "la inteligencia es masculina y la belleza, femenina" y nosotros somos el mejor ejemplo de haber superado esas idioteces.
Hace mucho que no te leía. ¡Qué bueno volver a hacerlo! Beso enorme (bien maricón jajajaja).
Te quiero
Vik
Oi Edu,
Obrigado.
Eu acho também que existe aquela coisa de ter um espaço próprio e não querer abrir mão dele.
Sabe o velho: fomos rejeitados, agora rejeitamos. Acha que também anda por lá.
Muita coisa. Mas o importante é que sempre podemos crescer e ser melhores.
Beijos.
Viktor Querido!
Qué alegría tenerte por acá!
Hace poco mirando fotos viejas encontré una en que estamos juntos haciendo el programa de radio. Lindos recuerdos.
Abrazo de Oso (bien macho! jajajaja)
Yo también te quiero.
vos me conoces....a mi me gustaria que alguna vez me invitaras!!
Lilián
Cuando esté por allá, vamos juntos.
Besos.
Te quiero mucho!
...jaja Franco, semos unos bichos bien raros he?! pero seguimos evolucionando...eso dicen!
un abrazo
Querida Lucía, por suerte somos raros.
Y por suerte también seguimos evolucionando.
De lo único que tenemos certeza es que todo cambia.
Besos.
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